Miraflores, 26 de noviembre de 1949
Recordado padre:
Leída la carta que le ha escrito usted a mi madre y en la que tiene usted la bondad de recordarnos. No tuve la suerte de ser su discípulo; pero lo conocí cuando me encontraba en edad de comprender todo lo que vale un sacerdote como usted. Le agradezco mucho sus recuerdos y lo saludo con filial afecto, deseando que Dios le dé vida larga y salud completa.
Al Reverendo Padre
Raymundo Zamarripa
Cádiz, España
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