Casilla 717
Buenos Aires – 2IX919
Querido Chales:
Me desconcierta pensar que estás ejerciendo autoridad política, que tienes poderes coercitivos i atribuciones de administrador. Me aterra pensar en que vas a entenderte con esa gente tan doble, tan maleante, tan viciosa, sin inteligencia a quince siglos de la cultura, fanáticos i venales. Ojalá no fracases. Te aconsejo la misantropía i el hermeticismo. Cuidado con el alcohol que, en esos lugares, es de dominio ambiente, fuerte como el medio. No se te vaya a ocurrir casarte, cosa que ahí también es fácil, por la dificultad del problema sexual. Ya recordarás que yo estuve hasta tres veces en aptitud de marido i que me libré por casualidad.
Se trata de cosas que son, acaso, más fuertes que uno, contra las que hay que anticipar lucha. Yo, ejemplo, que me libré del matrimonio, no me libré del alcohol. Y cree que me cuesta trabajo extinguirlo i que hace daños mortales. Yo le tengo un miedo de todos los diablos.
La aventura de ustedes de irse hasta Colin, es divertida i triste. Siempre da pena volver, cuando se vuelve sin haberlo querido. Ya me figuro que la señora los llamó inútiles, flojos i burros. Pero ustedes escogieron muy mal rumbo. En fin, ya será otra vez, con más suerte y más calma. Porque la suerte es una realidad i hay cosas que, quién sabe por qué leyes, la desvían o debilitan.
Creo que esto o Europa son medios mejores que yanquilandia.
Yo me siento muy cansado i sin mayores ilusiones. Ese derecho que tú me concedes de reventarme la vida, lo he usado plenamente. En cuanto á la maldad i ruindad de los hombres, te diré que no creo en ellas. El miedo i el interés lo hacen todo. Por supuesto, la bondad y la nobleza son otras dos invenciones. Tanto como el derecho y la justicia. La guerra europea, es decir, la paz, constituye, en tal sentido, una prueba elocuentísima. Qué tira de bandidos han resultado “los cuatro,” los cinco” o los que sean. Y el miedo alemán y el interés ruso i el servilismo codicioso de los pequeños.
El mundo está en manos de los normales, es decir, de los inferiores. El normal triunfa en todo: en la política es el presidente, en la familia es el marido, en el comercio es el gerente. Y, desde luego, todo en el mundo se inferioriza. El arte mismo está en liquidación. La humanidad quiere cancelarla, porque lo ve superior. Ya tiende a vivir sin él.
Haces bien en ir tras el dinero: él lo da todo, por lo mismo que es inferior. Ojalá que los negocios salgan bien.
No dejes de escribir. Te abraza.
Federico.
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